Dime tres logros de la Revolución, pregunta un chiste cubano. La respuesta, obvia: la educación, la salud, el deporte. ¿Y los tres mayores fracasos? Unos segundos de silencio... y el narrador contesta: "El desayuno, el almuerzo y la comida". La broma, que es muy seria, adquiere estos días especial actualidad; casi un año después de que Fidel Castro delegara "provisionalmente" todos sus cargos por una grave enfermedad, aliviar las desesperantes estrecheces y padecimientos cotidianos de la población es para el Gobierno interino de Raúl Castro una prioridad.
El 75 % de las familias no llega a fin de mes y emplea tres cuartos de sus ingresos en la compra de alimentosLa cantidad de pasajeros transportados hoy por el servicio público de autobuses en todo el país es similar a la de 1964Desde hace meses, la radio y la prensa critican la ineficiencia estatal y la burocraciaDesde que el pasado 31 de julio asumió poderes, el jefe del Ejército y sucesor constitucional de Fidel Castro ha incorporado a ministros y colaboradores a la tarea de mejorar las duras condiciones de vida de la población, asfixiada por el problema de los salarios que no alcanzan, los elevados precios de los alimentos, la pésima situación del transporte y la vivienda y un sinfín de dificultades para todo.
Si en los noventa, cuando la isla se hundía en la pesadilla del Periodo Especial, Raúl Castro pronunció aquella frase de "los frijoles son más importantes que los cañones", ahora la consigna parece ser "Producción o muerte". El mensaje es claro: la Revolución y su continuidad dependen de "hacer eficiente" la economía. Sin producir es imposible repartir y mejorar, se admite; y cada vez hay más certeza de que las urgencias mandan.
El 75 % de las familias no llega a fin de mes y emplea tres cuartos de sus ingresos en la compra de alimentosLa cantidad de pasajeros transportados hoy por el servicio público de autobuses en todo el país es similar a la de 1964Desde hace meses, la radio y la prensa critican la ineficiencia estatal y la burocraciaDesde que el pasado 31 de julio asumió poderes, el jefe del Ejército y sucesor constitucional de Fidel Castro ha incorporado a ministros y colaboradores a la tarea de mejorar las duras condiciones de vida de la población, asfixiada por el problema de los salarios que no alcanzan, los elevados precios de los alimentos, la pésima situación del transporte y la vivienda y un sinfín de dificultades para todo.
Si en los noventa, cuando la isla se hundía en la pesadilla del Periodo Especial, Raúl Castro pronunció aquella frase de "los frijoles son más importantes que los cañones", ahora la consigna parece ser "Producción o muerte". El mensaje es claro: la Revolución y su continuidad dependen de "hacer eficiente" la economía. Sin producir es imposible repartir y mejorar, se admite; y cada vez hay más certeza de que las urgencias mandan.
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